viernes, 31 de agosto de 2012

Al enemigo mi agua


















Ilustración para el álbum "Liszt Complete cello and piano works" de los fieras Trino Zurita (cello) y Antonio Simón (piano). Editado por Columna música. Con diseño de Alfonso Simón.

Este, sin duda alguna, ha sido uno de los encargos más difíciles con los que me he topado hasta la fecha. Precisamente por esa literalidad narrativa .Tan sencilla y despojada de elementos, que hace que recaiga todo el peso en el poder evocativo de lo plástico. Lo que vendría a ser 'un cuadro-cuadro'.

En este caso se trataba de un ejercicio de condensación. De concentrar todo un universo en una escena, que aunque trillada, tiene que ver con lo que nos concierne. En este caso: La pieza 'La lúgubre góndola'.

Este es un pequeño fragmento de la documentación que me facilitó Antonio Simón, un auténtico especialista en Liszt.

"....Esta última parte de su vida Liszt vive lo que el llamaba su 'vida trifurcada', residiendo de forma alternativa y viajando constantemente entre tres ciudades: Weimar, Budapest y Roma. La religiosidad, una cierta amargura vital y una revolución absoluta en su lenguaje musical marcan este último periodo. La música de Liszt había sido absolutamente exuberante y recargada de recursos técnicos a lo largo de su vida. Sin embargo, en esta última época, su lenguaje se hace áspero, destilado hasta lo esencial, exento de cualquier concesión al público y orientado absolutamente hacia el futuro, utilizando recursos que serían precursores de lo que después harían las vanguardias del siglo XX. En sus propias palabras, su única intención en estos años era 'lanzar la jabalina de su arte' lo más lejos posible en el territorio del futuro, no importándole en absoluto si sus contemporáneos entendían o no lo que proponía. De hecho en estos años casi ni se molesta en publicar sus composiciones ni en que se toquen en público. La amargura -incluso depresión- que siente se vuelca en una música visionaria, sombría, áspera, reducida a sus elementos más básicos y colmada de preguntas sin respuesta. En sus propias palabras: 'Llevo una profunda tristeza en el corazón que de vez en cuando debe estallar en sonido'. De hecho, una buena parte de las piezas del disco son elegías, lamentos muchas veces referidos a la muerte..."

Y sigue con la historia de la pieza 'La lúgubre góndola', que sirvió de pretexto para la portada:

"...Liszt fue un gran amigo del compositor Richard Wagner. Defensor incondicional de la obra de este, eventualmente se convertirían también en familia después de que Cosima, hija de Liszt, contrajera matrimonio con Wagner. En diciembre de 1882, un Liszt ya anciano es invitado a pasar unos días en la residencia palaciega de Wagner en Venecia. Desde la ventana de sus aposentos, Liszt presencia un día un cortejo fúnebre que se desliza por los canales con el finado transportado en góndola. Impactado por esta escena compone la pieza que te he mencionado, una suerte de elegía fúnebre inspirada en tan tremendo desfile. Pero lo más emotivo de la historia es que muy pocas semanas después, su querido amigo Wagner fallece en Venecia y es llevado en góndola en una amarga procesión fúnebre por los canales de la ciudad. Al parecer, Liszt sintió que la obra que había compuesto era una suerte de premonición sobre la muerte de su amigo y en las sucesivas versiones que hizo de la pieza, ésta adquirió para él ese carácter de visión premonitoria y desoladora del último viaje de su colega."



El disco se puede escuchar aquí. Tanto si es domingo y llueve, como si no, os lo recomiendo fervientemente.

1 comentario:

Jean Murdock dijo...

He tenido la inmensa fortuna de leer esto hoy, que, a falta de domingo, es sábado y llueve. He leído el texto y estoy escuchando la pieza. Tu ilustración me parece muy hermosa, y en perfecta sintonía con la música y lo que cuentas de Liszt. Un fantástico ejemplo de mono no aware. Poesía.